Contemplando la ciudad al morir el sol
la noche deja ver la realidad de hoy
los descarriados por degeneración
los lobos de cordero que distorsionan la visión
esos que solo buscan saciar su ambición
esos que lastiman por no tener corazón
que piden sangre un ritual diabólico
danzando entre sexo paranoico
esos que ocultan su identidad tras una máscara
esos que se ríen de la ajena desgracia
esos que meten sus manos en otros bolsillos
esos que se llevan lo que es mío
esos que sacrifican por mantener un estatus social
fingiendo ser lo que no es por una mentida amistad
los que rezan a un dios sin saber el porqué
que juran lealtad y viven en pecado para absolverse con la fe
los que matan inocentes irracionalmente
los que creen tener más derecho entre tanta gente
los que mueven multitudes por interés propio
induciendo mala vida en un mundo loco
los que se apegan a tendencias impuestas por el comercio
que no dejan de ser herramientas que se inventas sentimientos
que no sabrán nunca lo que el amor verdadero
entregando sexo y alcohol por mucho menos de dos pesos
los que venden sustancias atrapantes
y duermen tranquilos con su conciencia pedantes
los que deberían cuidarnos del delito
y encierran a quien lleva la vida por el buen camino
para dejar en un papel escrito
que se ha completado el dictado operativo
los que televisan pornografía a toda hora
dejando del amor un recuerdo en la memoria
que se apaga
que se empolva
los que crean hijos para no reconocerlos
y abandonan dejando de su identidad un misterio
los que aprendieron a no llorar y solo reír
el que por un contacto web cree ser rey pobre infeliz
todos en la mesa redonda juzgando a su reflejo
viendo virtudes falsas creyendo ser perfectos
ignorando la abundancia de tantos defectos
estoy entre ellos lo asumo porque es cierto
soy de este mundo loco y enfermo
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